PASADENA, California — Los orígenes de la Tierra en nuestro sistema solar podrían haberse vuelto aún más misteriosos. Investigadores del Instituto de Tecnología de California han revelado su nueva teoría sobre dos enormes masas en el interior del planeta. Durante décadas, los científicos han debatido qué son estas formaciones. Ahora, el equipo de Caltech ha llegado a una conclusión: los restos de un antiguo y olvidado planeta se encuentran ocultos en el centro de nuestro mundo.
En la década de 1980, los científicos se quedaron asombrados cuando descubrieron estas dos enormes masas en lo profundo de la Tierra, cada una más grande que la Luna. Estas masas, una ubicada debajo del continente africano y la otra bajo el océano Pacífico, mostraron características inusuales en comparación con su entorno. Conocidas como provincias de baja velocidad y gran tamaño (LLVPs, por sus siglas en inglés), estas estructuras desconcertaron a los investigadores que estudiaban la Tierra, sus orígenes y su funcionamiento interno.
El nuevo estudio, publicado en la revista Nature, propone una teoría fascinante: estas masas son remanentes de un planeta que colisionó con la Tierra hace miles de millones de años. Se cree que este impacto colosal es el mismo evento que resultó en la creación de nuestra Luna.
Para entender esto mejor, es importante saber que las ondas sísmicas, que son ondas de energía que viajan a través de la Tierra, se comportan de manera diferente cuando encuentran diferentes materiales. En la década de 1980, los investigadores observaron que las ondas sísmicas se desaceleraban significativamente al pasar por ciertas áreas en lo profundo del manto de la Tierra, lo que llevó al descubrimiento de las LLVPs. Se cree que estas regiones contienen una mayor proporción de hierro, lo que las hace más densas y provoca la desaceleración de las ondas sísmicas.
«El Dr. Qian Yuan, un geofísico y el investigador principal de este estudio, recuerda un momento de revelación durante un seminario en 2019. El seminario, presentado por el Profesor Mikhail Zolotov de la Universidad Estatal de Arizona, discutía la hipótesis del gran impacto, una teoría que sugiere que la Luna se formó tras una colisión masiva entre la Tierra y un planeta más pequeño llamado Theia. Sin embargo, nunca se había encontrado rastro de Theia, hasta que Yuan conectó los puntos.
“Justo después de que Mikhail dijera que nadie sabe dónde está ahora el impactador, tuve un ‘momento de revelación’ y me di cuenta de que el impactador rico en hierro podría haberse transformado en masas del manto”, dice Yuan en un comunicado de la universidad.
A través de extensos modelos y simulaciones, el equipo de investigación pudo confirmar que la colisión podría haber resultado en la creación tanto de la Luna como de las LLVPs. Parte del manto de Theia se habría fusionado con la Tierra, formando eventualmente las dos masas distintas que observamos hoy en día. El resto de los escombros de la colisión se unieron para formar la Luna.»
«Una pregunta que surge naturalmente es: ¿por qué el material de Theia se formó en dos masas distintas en lugar de mezclarse uniformemente con el manto de la Tierra? Las simulaciones realizadas por los investigadores revelaron que una parte significativa de la energía de la colisión permaneció en la mitad superior del manto. Esto dejó el manto inferior relativamente más frío, lo que permitió que el material rico en hierro de Theia se mantuviera en gran parte intacto y se asentara en la base del manto, de manera similar a las masas en una lámpara de lava.
«Una consecuencia lógica de la idea de que las LLVPs son remanentes de Theia es que son muy antiguas», dice el Dr. Paul Asimow, uno de los co-directores del estudio. «Tiene sentido, por lo tanto, investigar a continuación qué consecuencias tuvieron para la evolución más temprana de la Tierra, como el inicio de la subducción antes de que las condiciones fueran adecuadas para la tectónica de placas al estilo moderno, la formación de los primeros continentes y el origen de los minerales terrestres más antiguos que sobreviven».»
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