PROVO, Utah — La fe religiosa de una persona ayuda a fortalecer la esperanza y la unidad familiar, según investigadores de la Universidad Brigham Young. Su estudio analizó entrevistas en profundidad con casi 200 familias religiosas que representaban diversas religiones y antecedentes demográficos. Descubrieron cómo la fe religiosa actúa como un catalizador para la esperanza, contribuyendo a la resiliencia y unidad familiar.
El estudio revela que los participantes vinculaban con frecuencia sus creencias religiosas con la esperanza, enfatizando el profundo impacto de la fe en su perspectiva de la vida. Independientemente de sus denominaciones religiosas específicas (incluyendo el cristianismo, el judaísmo y el islam), los encuestados citaron consistentemente su creencia en la participación activa de Dios en sus vidas y su fe en una vida después de la muerte como fuentes de esperanza.
«Una de las principales conclusiones que obtengo de este estudio es cuánta similitud hay entre las distintas religiones», dice el coautor David Dollahite, profesor de vida familiar de BYU, en un comunicado de la universidad. «El mensaje principal de nuestra investigación es que la fe y la religión, cuando se toman en serio, generan similitudes profundas, incluyendo una mayor esperanza en el futuro y esperanza en el plan de Dios para sus familias. Las personas altamente religiosas, independientemente de su fe, tienen mucho en común».
En el 39 por ciento de las conversaciones relacionadas con la esperanza, los participantes se referían a la esperanza como un rasgo y valor colectivo de la familia, expresando un «nuestra esperanza» compartida. Los padres transmitían un fuerte deseo de inculcar la esperanza en sus hijos, reconociendo su impacto positivo en su capacidad para enfrentar los desafíos de la vida. Además, la esperanza se identificó como una fuerza estabilizadora en los matrimonios, ayudando a reducir conflictos y fortalecer los lazos.
«Estamos descubriendo que las virtudes inculcadas como parte de una familia religiosa son muy relacionales», señala Dollahite. «A pesar de las noticias sobre la epidemia de soledad en la sociedad, nuestra investigación muestra el poder que la fe y la religión tienen para fortalecer las relaciones. La fe y la familia son un poderoso antídoto contra la soledad. La fe y la familia pueden traer esperanza y ser un remedio para algunos de los principales problemas que vemos en la sociedad».
El estudio identificó cuatro temas principales que ilustran cómo las creencias religiosas inspiran la esperanza dentro de las familias:
- La Fe y la Creencia Religiosa Fomentan la Esperanza: Los participantes mencionaron con frecuencia que su fe no solo proporcionaba esperanza, sino que también la sostenía. «Cuando algo sucedía en mi familia, la fe nos hacía saber que tenemos la misma esperanza… Cuando tuve desafíos en mi carrera o salud, me di cuenta de que toda nuestra vida está en las manos de Dios. Esto me brinda mucha comodidad y también me da promesa», señaló un entrevistado.
- Las Prácticas Religiosas Inspiran la Esperanza: Participar en prácticas religiosas regulares, como leer textos religiosos, orar y asistir a servicios religiosos, desempeñó un papel importante en fomentar la esperanza. «Siempre hay esperanza… no importa lo que suceda en nuestras vidas… Creemos en lo que Dios dice en Su Palabra, y siempre hay algo en la Palabra que lo hará bueno», mencionó un participante cristiano.
- La Esperanza como Rasgo Familiar: A diferencia de los estudios tradicionales que se centran en la esperanza como un rasgo individual, la investigación encontró que la esperanza a menudo se consideraba un atributo colectivo de la familia. Los participantes se referían frecuentemente a la esperanza como «nuestra esperanza» o enfatizaban, «Tenemos esperanza».
- La Esperanza Fortalece la Resiliencia: El estudio resaltó que los participantes experimentaban principalmente la esperanza religiosa como un medio para visualizar un futuro mejor y superar desafíos, tanto individualmente como en unidad familiar. «No estamos sin esperanza. No somos desesperados. [Tenemos] la oración… Esos son anclajes que tenemos que otros pueden no tener. Aunque pueda parecer sombrío en este momento, siempre hay esperanza debido a la esperanza que tienes en Cristo», dijo otro participante.
El estudio se publicó en la revista Family Relations.