La actividad cerebral revela diferencias en los juicios morales entre liberales y conservadores

SANTA BARBARA, California — A menudo juzgamos situaciones o comportamientos como incorrectos, como presenciar a un adulto tratando mal a un niño o a alguien colándose en una larga fila. Si bien estos juicios resaltan cuestiones morales, el debate ha sido de larga data: ¿todos los juicios morales comparten un hilo común?

Investigadores de la Universidad de California-Santa Bárbara examinaron a 64 individuos a través de encuestas, entrevistas e imágenes cerebrales, y encontraron que si bien existen regiones cerebrales comunes activadas durante los juicios morales, el cerebro también procesa diferentes problemas morales a través de vías distintas. Estos hallazgos sugieren una naturaleza más compleja del razonamiento moral de lo que se pensaba anteriormente.

En el centro de su investigación se encontraba una teoría llamada Teoría de las Fundaciones Morales (Moral Foundations Theory, MFT). MFT postula que la moralidad humana gira en torno a seis categorías: cuidado/daño, justicia/trampa, libertad/opresión, lealtad/traición, autoridad/subversión y santidad/degradación. Estas categorías sirven para proteger los derechos individuales o centrarse en la dinámica de grupo.

«En muchos aspectos, creo que nuestros hallazgos aclaran que el monismo y el pluralismo no son necesariamente enfoques mutuamente excluyentes», dice Frederic Hopp, primer autor del estudio y estudiante de doctorado en el Laboratorio de Neurociencia de Medios de UC Santa Barbara, en un comunicado de la universidad. «Mostramos que los juicios morales de una amplia gama de comportamientos moralmente relevantes se manifiestan en regiones cerebrales compartidas».

Esto se respaldó cuando un algoritmo de aprendizaje automático identificó en qué categoría moral estaba pensando una persona en función de su actividad cerebral. El equipo también observó que los participantes tardaron más en evaluar problemas morales en comparación con los no morales.

«Aunque los juicios morales son intuitivos al principio, el juicio más profundo requiere respuestas a las seis ‘preguntas de las W'», dice el autor principal del estudio, René Weber, director e investigador principal del Laboratorio de Neurociencia de Medios de UC Santa Bárbara y profesor en los Departamentos de Comunicación y de Ciencias Psicológicas y Cerebrales. «¿Quién hace qué, cuándo, a quién, con qué efecto y por qué. Y esto puede ser complejo y llevar tiempo».

La brújula moral política

El estudio encontró una conexión entre los juicios morales y las inclinaciones políticas. La evidencia sugiere que los liberales tienden más hacia categorías que protegen los derechos individuales, como cuidado/daño y justicia/trampa. En cambio, los conservadores tienden a priorizar categorías centradas en el grupo, como lealtad/traición y santidad/degradación.

«De hecho, nuestros resultados proporcionan evidencia a nivel neurológico de que los liberales y los conservadores tienen respuestas cerebrales diferenciales y complejas al juzgar las bases morales», dice Weber.

Parte de una iniciativa de investigación más amplia que comenzó en 2016, este estudio está abriendo el camino para investigaciones más profundas sobre la moralidad humana.

«La observación de que podemos descodificar de manera confiable qué violación moral está percibiendo un individuo también abre emocionantes vías para futuras investigaciones: ¿Podemos descodificar también si se detecta una violación moral al leer una noticia, escuchar un programa de radio o incluso al ver un debate político o una película?», señala Hopp. «Creo que estas son preguntas fascinantes que darán forma al próximo siglo de la neurociencia moral».

La comprensión de los juicios morales tiene profundas implicaciones.

«Durante milenios, fábulas y cuentos de hadas, rimas infantiles, novelas e incluso ‘las noticias diarias’ tejen una tela de lo que se considera bueno y aceptable o malo e inaceptable», dice Weber. «Nuestros resultados contribuyen a una mejor comprensión de qué son los juicios morales, cómo se procesan y cómo se pueden predecir en diferentes grupos».

El estudio se publica en la revista Nature Human Behaviour.

You might also be interested in: