El brote mortal de hongos, similar a ‘The Last of Us’, está más cerca de la realidad, advierten los investigadores

BARCELONA, España — ¿Podría la exitosa serie distópica de HBO «The Last of Us» convertirse en realidad? Investigadores españoles están emitiendo una grave advertencia de que la crisis climática podría potencialmente desencadenar el brote de nuevas y letales enfermedades infecciosas, incluidos los hongos.

El aumento de las temperaturas, los cambios en los ecosistemas, la globalización y las actividades humanas como el extenso uso de fungicidas y antibióticos en la agricultura pueden crear condiciones que fomenten la aparición de microorganismos perjudiciales.

Los científicos se centran ahora en comprender cómo evolucionan estos posibles patógenos, adquieren su virulencia y desarrollan la capacidad de infectar a los humanos. Este conocimiento es crucial para monitorear y prevenir futuras epidemias mortales, similares a la reciente pandemia de COVID-19 causada por la aparición del virus SARS-CoV-2.

Investigadores del Instituto de Investigación en Biomedicina (IRB Barcelona) y del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona (BSC-CNS) han identificado a un miembro de la familia de hongos Candida como un posible patógeno. Los hongos Candida son conocidos por causar infecciones como la candidiasis vaginal o la candidiasis sistémica, que pueden ser mortales para las personas con sistemas inmunológicos debilitados.

Los científicos descubrieron que Candida orthopsilosis es un microorganismo híbrido que se originó a partir de otros dos hongos parentales en un entorno marino. Este proceso de hibridación le otorgó ciertas propiedades, incluida la capacidad de infectar el cuerpo humano y la virulencia, lo que lo convierte en una amenaza potencial para la salud global.

Este hallazgo proporciona información sobre cómo ciertos microorganismos se adaptan para colonizar a los humanos y causar enfermedades.

«Hemos pasado años tratando de responder a la pregunta de qué hace que algunas especies sean patógenas para los humanos y otras, como las que tenemos en nuestro microbioma, no», dice el autor del estudio, el Dr. Toni Gabaldón, investigador ICREA, en un comunicado de la universidad. «Nuestros resultados muestran que la hibridación, un proceso que hasta ahora ha recibido poca atención, permite la adquisición rápida de propiedades que permiten la infección humana. Por lo tanto, en los hongos, este proceso podría ser un atajo para conquistar una especie como la nuestra».

El estudio establece paralelos con la cultura popular, recordando la miniserie «The Last of Us», donde un hongo evoluciona rápidamente y adquiere la capacidad de infección, transmisión y virulencia, causando finalmente la devastación a la humanidad.

Actualmente, existen más de un millón de especies de hongos, la mayoría de las cuales prosperan en entornos templados o fríos, como suelos, entornos acuáticos, árboles, plantas y varios animales. Desde la década de 1980, el número de enfermedades infecciosas emergentes ha aumentado casi un siete por ciento por año, y los hongos son cada vez más reconocidos como una amenaza importante para la salud mundial. El aumento de las temperaturas globales ha hecho que algunos hongos sean tolerantes a ambientes más cálidos, incluido el cuerpo humano.

Por ejemplo, Candida auris es un hongo que se ha adaptado para infectar a los humanos, posiblemente volviéndose resistente a múltiples medicamentos y propagándose eficientemente en entornos de atención médica. Esta infección fúngica ha causado numerosos brotes en todo el mundo, con tasas de mortalidad que oscilan entre el 30 por ciento y el 60 por ciento. Los científicos sospechan que podría ser el primer microorganismo en convertirse en patógeno debido al cambio climático.

Existen preocupaciones similares para C. orthopsilosis. El equipo de investigación examinó nueve muestras de levaduras aisladas del entorno marino cerca de la costa de Qatar en el Mar Arábigo. El análisis genómico reveló que la mayoría de estos hongos eran híbridos, lo que sugiere que pueden haber experimentado adaptaciones que los hacen más competitivos que sus cepas parentales.

Se descubrió que estos microorganismos marinos estaban estrechamente relacionados con muestras clínicas, lo que indica que la hibridación y la aparición de este nuevo microorganismo probablemente ocurrieron en el mar antes de afectar a los humanos, aunque el proceso exacto sigue siendo un misterio.

«Nuestros resultados nos muestran que las características genéticas que hacen que los híbridos sean competitivos y capaces de sobrevivir en el ecosistema marino podrían ser ventajosas para hacer lo mismo en los humanos», señala el Dr. Gabaldón.

Todas las muestras marinas en el estudio fueron aisladas en aguas subtropicales con temperaturas que oscilaban entre 35 grados Celsius y 44 grados Celsius.

«Observamos que la temperatura óptima a la que crecen las cepas de C. orthopsilosis es de 35 grados Celsius y que pueden sobrevivir a temperaturas mucho más altas», agrega la autora principal del estudio, la Dra. Valentina del Olmo, investigadora postdoctoral en el grupo del Dr. Gabaldón. «Esta observación es preocupante porque su tolerancia supera la barrera térmica de los mamíferos, que hasta ahora había actuado como un escudo protector, y abre el camino para infectar a los humanos».

«Con el continuo aumento de las temperaturas globales y el uso excesivo de medicamentos antifúngicos en la agricultura y la práctica clínica, aumentará la aparición de hongos en el entorno capaces de superar la barrera térmica de los mamíferos, adquirir resistencia a los medicamentos fungicidas y convertirse en una amenaza potencial», concluyen los investigadores.

El estudio se publica en la revista Nature Communications.

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